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¡Sus fotos de FACEBOOK llegaron a catálogos de escorts y le llegaban solicitudes! (historia)

 


La tarde del pasado 28 de febrero del año pasado marcó la vida de Sofía (seudónimo) para siempre. Ese día, la adolescente de 15 años se encontraba en una reunión con sus amigos de la escuela, cuando uno de ellos se acercó para preguntarle si era ella quien aparecía en una página de Twitter en donde se promocionaba como escort (acompañante).


Con terror y confusión, Sofía observó la publicación: tenía fotografías suyas e información falsa “me estaban promocionando en lugares, a determinadas horas y diciendo que yo estaba disponible”, narró.


Sofía entró en pánico. No tuvo el valor de contarles a sus padres, pero le confió lo sucedido a algunos maestros. Una de ellas la llevó con otro profesor “que se encarga de cosas cibernéticas”, dijo Sofía. Él le sugirió hablar con sus padres, lo cual hizo esa misma noche.


Al día siguiente, la madre de Sofía acudió al plantel del bachillerato en donde estudia la adolescente, ubicado cerca del Metro Balderas, en la Ciudad de México.


Fue entonces que supo que la identidad de su niña había sido hackeada por alguien con la intención de obtener dinero, pero además de que robaron sus fotos de Facebook para promocionarla como escort, había otra situación que la aterró: sabían la ubicación de Sofía en tiempo real.


El maestro de Sofía aconsejó a madre e hija para que acudieran a la Fiscalía de la Ciudad de México a interponer una denuncia. Ahí les dijeron que por las evidencias se trataba de algo muy grave ya que “estaban intentando hacer una trata de personas”, narró la niña.


Ese mismo día que levantaron la denuncia, Sofía y sus padres vieron que la página ya tenía más información sobre ella.


“Cada vez que actualizábamos la página estaban subiendo más información mía. Estaban subiendo fotografías en donde yo estaba realmente, fue algo que nos dio miedo porque ya sabían lugares reales y más aparte sabían más o menos en qué escuela estaba y las horas en que yo iba a la escuela. Coincidía mucho con las horas en que ponían las fotografías (sic)”, recordó la adolescente.


“Entonces nos daba mucho miedo de que en el transcurso de que yo iba a la escuela alguien me reconociera por las fotos que estaban publicando porque la página llegó a mil seguidores. Esas fotos las retuiteaban otra vez varias personas, entonces mis fotos ya estaban por varios lados”, narró.


“Mis fotos nunca eran comprometedoras, simplemente eran fotografías en donde salía mucho mi cara y todas las bajaron todas de mi perfil de Facebook”, contó.


Presa del pánico, Sofía comenzó a borrar los retratos que tenía en su red social, pero los hackers las obtenían y publicaban.


“Empecé a borrar mis fotos de Facebook y conforme las iba quitando, ellos las volvían a sacar y las iban publicando, entonces fue cuando ya definitivamente se quedó sin nada el perfil”, señaló.


“Días después, mis papás y yo llegamos a casa como a las 12 de la noche, porque pasamos a la escuela para hablar con el profesor que nos estaba ayudando, y al llegar volvemos a revisar si seguía (vigente) la página y ya nos habían bloqueado, ya sólo los que seguían la página podían ver las publicaciones”, dijo Sofía.


“Ya no pudimos saber exactamente quién fue (el o los hacker) porque eliminaron la cuenta, pero ahorita lo que está tratando de hacer la policía cibernética es saber si pueden rastrearlo. Teníamos que ir el 25 de abril otra vez a la Fiscalía General, pero con todo esto del coronavirus ya no pudimos asistir porque está cerrado. Entonces estamos esperando a que vuelvan a abrir (para conocer los avances de la investigación)”, señaló.


Antes de que fueran bloqueados de la página, Sofía y de sus padres se percataron que se trataba de una cadena de varios perfiles de niñas promocionadas como escorts.


“Muchas personas comentaban las fotografías y decían ‘ya te deposité, ahora qué hago’, entonces ya era muchísimo más grave porque estaban sacando dinero por fotos mías. Lo que notamos es que muchas cuentas de niñas que en verdad sí vendían sus fotografías, seguían la página… (las publicaciones) las compartían niñas que realmente sí vendían sus fotos, como promocionando a las amigas”, aseguró.


Al preguntarle si sospechaba de alguna persona en particular, lo negó, pero dijo que podría tratarse de alguien que la conocía bien o muy cercana a ella.


“Era alguien que me conocía o de la escuela, porque como está un poquito cerca de varios lugares en donde salía en esas fotografías, entonces sí estaban pendiente”, dijo.


La mamá de Sofía consideró que desde que interpusieron la denuncia, todo sucedió muy rápido.


“Cuando estábamos haciendo la denuncia me dijeron esto va a ser tardado ‘no crea que va a ser rápido, tal vez meses’, (le dijeron en la Fiscalía), pero la verdad es que como a los 15 días me mandaron citatorio de que fuera a declarar otra vez y que me iban a mandar con otra licenciada. Ese día fui a declarar y como a los 15 días me volvieron a mandar el citatorio para el 25 de abril, pero ya no pudimos ir porque está cerrado por lo del coronavirus”, dijo.


“Entonces siento que todo fue muy rápido (desde que se dieron cuenta, interpusieron la denuncia y cerraron la cuenta con el perfil falso de Sofía) y por eso no salieron más cosas”, consideró.



La madre de Sofía señaló que todo esto ha sido muy duro para toda su familia.


“Nosotros creíamos que teníamos buena comunicación con ella, no estamos tan aparte, pero sí es importante revisar los celulares de repente, las redes sociales para estar más tranquilos, porque esto que pasó la verdad, gracias a Dios no pasó a mayores, pero sí fue una experiencia complicada y fea, porque llegó a pasar por nuestra mente que algo le pasara porque se va a la escuela y si alguien no puede llevarla, le vayan a hacer algo, que la estén checando, o no encontrarla”, dijo con angustia.


“Justo pasaba en ese tiempo en todas las noticias de muchas niñas y mujeres desaparecidas, el incremento en los feminicidios, fue algo difícil. Sentimos mucho miedo que en el transcurso de la escuela la encontraran, porque tenían su ubicación y teníamos miedo de salir a la calle. Observábamos todo porque no sabíamos si nos estaban siguiendo, pasaban muchas cosas por nuestra mente”, relató.


-¿Cómo cambió su vida a raíz de esto?, se le preguntó.


“Ahora estamos más al pendiente, ya no tiene redes sociales, hemos platicado mucho con ella, de hacerle ver la situación que pasamos y que ya no tiene que confiarse tanto de la gente y debe saber con quién relacionarse. Ya hay más comunicación y al menos ya podemos agarrar su celular y checarlo sin que ella sienta que la están invadiendo”, señaló la señora.


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