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¡Errores que cometemos al intentar aprender inglés!

 


De acuerdo con las nuevas actividades y cambios que la pandemia ha generado en la vida diaria, la preparación profesional y con ella el aprendizaje o práctica de un idioma extranjero toman un lugar importante en 2021. Según un estudio reciente de Babbel, app de enseñanza de idiomas, el 44% de los millennials mexicanos planean usar el idioma que aprendieron o perfeccionaron durante el confinamiento para obtener beneficios profesionales, como conseguir una promoción o encontrar un trabajo en el extranjero.


“El aprendizaje es un proceso que se encuentra en constante cambio, y las instituciones educativas tienen que evolucionar y adaptarse a estos nuevos modelos, aprovechando las ventajas que nos ofrece la tecnología y cambiando paradigmas obsoletos”, explica la experta en Didáctica de Babbel, Rita Santoyo Venegas. “En la enseñanza y aprendizaje de un idioma debemos asegurarnos de tener una experiencia que se disfrute y sea fructífera”.


De acuerdo con esto, Babbel ha preparado esta guía práctica para reconocer los errores o preconceptos que a veces se tienen antes de comenzar a aprender un nuevo idioma:


1. Creer que solo hay una metodología adecuada.

Hace años se creía que el énfasis en la repetición y la precisión lingüística era lo más importante al aprender un idioma. Este enfoque no tenía en cuenta que hay personas con distintas capacidades y modos de aprender. Por ejemplo, las personas con inteligencia auditiva muy desarrollada aprenden mejor con canciones y con podcasts. Por el contrario, las personas a las que les gusta moverse, con mayor inteligencia corporal y kinestésica podrán aprender mejor con actividades en las cuales utilicen su cuerpo, como bailes y rutinas físicas.


2. Si no hay tiempo, no merece la pena intentarlo.

Si bien es cierto que aprender un segundo o tercer idioma requiere de esfuerzo, dedicación y tiempo, mucha gente se desanima porque piensa que si no tienen mucho tiempo disponible, no merece la pena intentarlo. Lo más importante es ser constante. Es mejor dedicar quince minutos diarios a estudiar un idioma que pretender dedicar una hora al día y darse cuenta de que nunca se cuenta con ese tiempo.


3. Utilizar un solo material de aprendizaje.

El profesorado de los colegios suele utilizar libros de texto como principal fuente para enseñar un idioma. Dichos libros son cuidadosamente redactados por expertos y expertas para proporcionar a los y las estudiantes las bases que necesitan para aprender una lengua. Sin embargo, “la variedad es la sal de la vida, y esto es especialmente cierto cuando se aprende un idioma”, señala Rita Santoyo. Afortunadamente hoy en día hay diversas opciones para aprender idiomas, desde revistas y libros hasta videos y podcasts. Todos estos materiales ayudan a que los estudiantes ejerciten distintas habilidades, como la auditiva o la lectora, y a que vean el idioma que aprenden en un contexto auténtico.


4. Tener miedo a cometer errores.

Durante mucho tiempo se ha considerado que había que evitar los errores a toda costa, y que lo más importante era hablar o escribir una lengua de manera perfecta. Sin embargo, ahora sabemos que lo más importante es que quien estudia una lengua extranjera se haga entender en el idioma que estudia, aunque se equivoque.


5. Aprendizaje descontextualizado.

Otro de los fallos en los que se incurre cuando se aprende o enseña una lengua extranjera es tratar de aprender palabras o frases aisladas de los contextos en los que se utilizan. Por eso, muchos estudiantes se sienten desmotivados, ya que no hay un claro objetivo o uso comunicativo. El aprendizaje será significativo si se enmarca en situaciones específicas donde se usará la lengua que se aprende. Aquí volvemos a mencionar el enfoque comunicativo, que enmarca la enseñanza en situaciones de la vida diaria, como hablar con amigos y amigas, o ir de compras al supermercado. Asimismo, las experiencias personales de los y las estudiantes son importantes en el estudio de la lengua. Esto, además, fomenta que haya una relación afectiva con el idioma que se estudia y se pueda recordar mejor.


“Aprender una lengua extranjera expande los horizontes de nuestro mundo y nos ayuda a acercarnos y comprender mejor otras culturas, además de enriquecer nuestra propia experiencia vital. Si dejamos de lado viejas creencias y anticuados mitos acerca de este aprendizaje, podemos encontrar métodos y materiales que se adapten a nuestras necesidades y gustos”, concluye, Rita Santoyo.





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